martes, 25 de junio de 2013

GUILLERMO MARTÍNEZ GONZÁLEZ (1952)





Poeta homenajeado en el XXI Festival Internacional de Poesía de Bogotá, 2013. Son sus versos los que hablan de este escritor. Con  una poesía depurada, bella y con influencia de la poesía oriental, se ubica como una de las voces más importantes de la poesía colombiana:

 

 

 


CIUDAD

Maligna es esta ciudad
Como baba del diablo
Desde que surge la luz del sol.
Donde la lluvia cae interminable
Como una monodia
Sobre los ventanales y los muros
Sobre el rostro de pordioseros
Que  aúllan como bestias heridas
Ante los basureros
Las iglesias
Y los portalones de mármol.
Donde cada saludo
Se parece a una pedrada
E inútiles brillan las estrellas en el cielo.
Sí, maligna es esta ciudad:
Temibles sus atardeceres de vaho plomizo,
Sus crímenes ocultos, sus jóvenes asesinos
Que conspiran en los bares.
Terrible es el espasmo de sus prostitutas
En los baños o los camastros de tendido grasiento
Mientras avanza el alba como un puñal
Sobre el sueño de los pobres.


ESAS TARDES, ESOS PARÉNTESIS

Sucede que hay días
Que hay tardes en que uno
No quisiera trabajar
En que uno quisiera estar por ahí
Fumándose un cigarrillo
O bebiéndose un buen vino
Mientras se acerca la noche.
En que uno quisiera estar por ahí
Hablando sobre las primeras novias
Con un viejo amigo
Mientras la lluvia cae sobre la ciudad
Como una cortina blanca
Como un coro de ángeles húmedos.
Sucede que hay tardes
En que uno quiere volar por la ventana
En que uno quisiera ser como la música
Que no pesa en el aire ni en los hombres
En que uno está para soñar
Para conversar con antiguos
Días de la infancia.
Sucede que hay días así
Mañanas de esas en que uno amanece de vago
Tardes de ésas paréntesis de ésos
En que duelen los horarios del oficio
Y las teclas de la máquina
Se clavan en el alma.
En que uno está totalmente
Desligado del mundo
Y no quiere hacer nada
Y quisiera estar todo el tiempo
Bailando sobre la lluvia.




YO SOLO AMO SUS SUEÑOS DE AGUA

Yo le canto a María
La lavandera
La que lava la ropa
Entre susurros elementales
Y abalorios de humildad.
Yo estaré siempre de su lado
Porque amo sus sueños de agua
Sus anillitos de alegría
Su pequeño mundo de jabón
Y la ternura
Que riega
En mis camisas.



 



1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bellos versos