viernes, 8 de septiembre de 2017

OSCAR HANH (CHILE, 1938)


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¿POR QUÉ ESCRIBE USTED?

Porque el fantasma porque ayer porque hoy:
porque mañana porque sí porque no
Porque el principio porque la bestia porque el fin:
porque la bomba porque el medio porque el jardín

Porque Góngora porque la tierra porque el sol:
porque San Juan porque la luna porque Rimbaud
Porque el claro porque la sangre porque el papel:
porque la carne porque la tinta porque la piel

Porque la noche porque me odio porque la luz:
porque el infierno porque el cielo porque tú
Porque casi porque nada porque la sed

porque el amor porque el grito porque no sé
Porque la muerte porque apenas porque más
porque algún día porque todos porque quizás



EL AGUA
 El
 agua
fluye purísima
 y
descansa
la
 muerte
tiene sed
 fluye purísima
 y
descansa
 la muerte está bebiendo
 de mi mano
 y
descansa





VISIÓN DE HIROSHIMA
 Arrojó sobre la triple ciudad un proyectil 
único, cargado con la potencia del universo. 
Mamsala Purva 

Ojo con el ojo numeroso de la bomba 
que se desata bajo el hongo vivo. 
Con el fulgor del hombre no vidente, ojo y ojo. 

Los ancianos huían decapitados por el fuego, 
encallaban los ángeles en cuernos sulfúricos 
decapitados por el fuego, 
se varaban las vírgenes de aureola radioactiva 
decapitadas por el fuego. 
Todos los niños emigraban decapitados por el cielo. 
No el ojo manco, no la piel tullida, no sangre 
sobre la calle derretida vimos: 
los amantes sorprendidos en la cópula, 
petrificados por el magnesium del infierno, 
los amantes inmóviles en la vía pública, 
y la mujer de Lot 
convertida en columna de uranio. 
El hospital caliente se va por los desagües, 
se va por las letrinas tu corazón helado, 
se van a gatas por debajo de las camas, 
se van a gatas verdes e incendiadas 
que maúllan cenizas. 
La vibración de las aguas hace blanquear al cuervo 
y ya que no puedes olvidar esa piel adherida a los muros 
porque derrumbamiento beberás, leche en escombros. 
Vimos cúpulas fosforecer, los ríos 
anaranjados pastar, los puentes preñados 
parir en medio del silencio. 
El color estridente desgarraba 
el corazón de sus propios objetos: 
el rojo sangre, el rosado leucemia, 
el lacre llaga, enloquecidos por la fisión. 
El aceite nos arrancaba los dedos de los pies, 
las sillas golpeaban las ventanas 
flotando en marejadas de ojos, 
los edificios licuados se veían chorrear 
por troncos de árboles sin cabeza, 
y entre las vías lácteas y las cáscaras, 
soles o cerdos luminosos 
chapotear en las charcas celestes. 

Por los peldaños radioactivos suben los pasos, 
suben los peces quebrados por el aire fúnebre. 
¿Y qué haremos con tanta ceniza? 



EN UNA ESTACIÓN DEL METRO

Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro

y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud

Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por las estaciones

y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles

y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro

y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre.





SAN JUAN DE LA CRUZ


RUZ ESCUCHA A MILES DAVIS
I                                 
San Juan en el calabozo (Toledo, 1577)
La trompeta flamea serpentea relampaguea
Su quejido metálico
se hunde y difunde exclama y reclama
un no sé qué que queda balbuciendo
Es el Arcángel San Gabriel dice el Santo
Es el Arcángel que me llama desde el futuro
Es el Arcángel cuya piel es más negra que la noche
y brilla como las heridas de mi alma
Es el sonido de la trompeta como un cauterio suave

II
Miles Davis en el calabozo (New York, 1959)
Los tornados me dan el viento que necesito
para tocar mi trompeta
Oh toque delicado que a vida eterna sabe
Y vi que por la ventana del calabozo
entraba un halo de luz y que en el aire
flotaba una Aparición fulgurante
(Son alucinaciones de la droga Dios mío)
Para ahuyentar al espectro tomé mi trompeta y toqué
Y mientras tocaba el rostro de la Aparición
tenía una expresión como de éxtasis y dijo:
“La música callada la soledad sonora”
Sentí que me crecían alas en la espalda
y empecé a levitar
Entonces apareció un graffiti en lo alto de la pared
que decía:
Qué bien sé yo la fuente que mana y corre
aunque es de noche
Y la sangre que manaba de mi cabeza
por los golpes que me dio el policía
iluminó la celda y dejó de correr
alrededor de la medianoche

 

 

 DESNUDO BAJANDO UNA ESCALERA


Este es el traje
con el que el alma cubre
sus vergüenzas
el traje
que un día se convierte
en polvo
                        en sombra
                                                en nada
y deja el alma a la intemperie
sin manos con que taparse
las partes pudendas
Entonces en algún closet por ahí
en algún colgador cuelga el alma
en la
                        más triste
                                                desnudez





HALLOWEN

Camino solo
a altas horas de la noche
Las calles desiertas
mojadas por la lluvia
son espejos negros
que reflejan los esqueletos
de los árboles

Que la ciudad esté vacía
no deja de sorprenderme
porque mi mente está llena
de apariciones

veo
calabazas iluminadas
con ojos triangulares
y sonrisas sin dientes

Adentro Afuera
¿Quién puede saber
la diferencia?

De este mundo o del otro
llegan brujas  y zombies
diablos y vampiros
que pasan por mi lado
Fingen que no existo

Dicen los que espían
por las ventanas
con las luces apagadas
que me ven
deambulando solo
en las noches de Hallowen

Toco el timbre de una casa

Una luz se enciende
Alguien abre la puerta

Entonces
el capuchón negro
la máscara blanca
el cuchillo en mi mano:

“¿Dulce o travesura?”




3D

He entrado en los túneles de mi mente
todos sinuosos todos tenebrosos

¿Qué secreto me ensombrece?
¿Qué horrible crimen pesa sobre mí?

“Te destruyes  a ti mismo y destruyes
a  las personas que caen en tú órbita”
dijeron voces adentro de mi cabeza

Y yo les dije: “tranquilos
todos somos personajes
de una película en tercera dimensión”

Saltaron de la pantalla pistola en mano
y me buscaron de butaca en butaca
entre los confundidos espectadores

Me arrastraron por el pasillo
y me devolvieron a la pantalla
de la que había escapado

“váyanse preparando les advertí
Ni se imaginan lo que les espera

Nos vemos en mi próxima película
de terror”


BIBLIOGRAFIA

ANTOLOGÍA  VIRTUAL.  EDITORIAL, FONDO DE CULTURA ECONOMICA. SANTIAGO DE CHILE. 2004

 DE: CIEN POEMAS EN ESPAÑOL. EDITORIAL, LUNA LIBROS. BOGOTÁ 2015.
ESPEJOS CUMUNICANTES. EDITORIAL, VISOR. MADRID. 2014  

Óscar Hahn (Chile, 1938). Poeta, ensayista, crítico literario. Es Doctor en Filosofía por la Universidad de Maryland. Entre 1971 y 1972 fue miembro del Taller de Escritores de la Universidad de Iowa. Después fue docente de esa misma universidad por más de tres décadas. Actualmente es Profesor Emérito. Entre sus libros figuran: Esta rosa negra, Arte de morir, Mal de amor, Versos robados, Apariciones profanas, En un abrir y cerrar de ojos, Pena de vida y La primera oscuridad. De los múltiples reconocimientos a su obra destacan: Premio Casa de América de España (2006), Premio José Lezama Lima (2008), Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2011), el Premio Nacional de Literatura (2012) y el premio Loewe de poesía por Los espejos comunicantes (2015). Es considerado una de las voces más importantes de la poesía Hispanoamericana.


domingo, 2 de abril de 2017

MAHMUD DARWISH 1941 AL-BIRWA



EL CIPRÉS SE HA TRONCHADOResultado de imagen para darwish
El ciprés se ha tronchado cual alminar
Y se ha dormido
De camino a la austeridad de su sombra,
Verde, oscura,
Tal cual. Nadie sufre ningún mal.
Los coches han pasado, rápidos, sobre sus ramas.
El polvo ha cubierto los cristales...
El ciprés se ha tronchado pero
La paloma no ha dejado su nido público
En una casa vecina.
Dos pájaros migratorios han volado sobre sus alrededores
Y se han intercambiado algunos símbolos.
Una mujer ha preguntado a su vecina:
¿Has visto pasar una tempestad?
Ella ha respondido: no, ni una apisonadora...
El ciprés se ha tronchado.
Los que han pasado por sus ruinas han dicho:
Tal vez se haya cansado del descuido,
O esté caduco porque es grande cual jirafa,
Tan vacío de sentido como una escoba,
Y no da sombra a los enamorados.
Un niño ha dicho: yo lo he dibujado perfectamente,
Su silueta es fácil. Una niña ha dicho:
El cielo hoy está incompleto porque el ciprés se ha tronchado.

Un joven ha dicho: el cielo hoy está completo

viernes, 31 de marzo de 2017

CÉSAR DÁVILA ANDRADE 1919 1967 (ECUADOR)

CANCIÓN A TERESITA                         (Apasionadamente)


Pálida Teresita del Infante Jesús,
quién pudiera encontrarte en el trunco paisaje 
                                               de las estalactitas, 
o en esa nube que baja, de tarde, a los dinteles,
entre manzanas blancas, en una esfera azul.

Caperucita parda,
quién pudiera mirarte las palmas de las manos, 
la raíz de la voz.
Y hallar sobre tus sienes mínimos crucifijos, 
bajando en la corriente de alguna vena azul. 
                         Colegiala descalza,
                         aceite del silencio, 
                         violeta de la luz.

Cómo siento en la noche tu frente de muchacha, 
encristalada en luna bajar hasta mi sien. 
Cómo escucho el silencio de tu paseo en niebla, 
bajando la escalera de notas del laúd.

Cuando amanece enero, con su frío de nácar, 
sé que tu pecho quema su materia estelar;
y que la doble nube de tus desnudos hombros 
se ampara en la esquina delgada de la cruz.

Cómo escucho en la noche de caídos termómetros, 
volar, rotas las alas, el ave de tu tos;
y llorar en la isla de una desierta estrella 
a jóvenes arcángeles enfermos como tú. 
Teresita:
esa hierba menuda que viene de puntillas 
desde el cielo a las torres;
ese borde de guzla que nace en los tejados;
esa noción de beso que comienza en los párpados; 
la trémula angostura del abrazo en los senos: 
todo lo que aún no irisa la sal de los sentidos
y es sólo aurora de agua y antecede a la gota, 
y tiene únicamente matriz en lo invisible;
lo mínimo del límite, le que aún no hace línea, 
eres tú, Teresita, castidad del espectro.
La comunión primera de la carne v el cielo. 

Cuando el olivo orea su balanza de nidos, 
cuando el agua humedece la niñez del oxígeno, 
cuando la tiza entreabre en las manos del joven 
la blancura de un lirio que expiró en la botánica, 
allí estas tú, Teresita, víspera del rocío,
en la hornacina pura de un nevado corpiño, 
con tu fantasma tenue, concebido en la línea 
ligera y sensitiva en que nacen las sílfides.

                          Suave, sombra, celeste, 
                          soledad silenciosa.

¿Quién te entreabrió ese hoyo de dalia en la sonrisa? 
¿Quién te vistió de clara canela carmelita
como a una mariposa? 
¿Quién colocó en tus plantas 
los descalzos patines de celuloide y ámbar? 
¿Quién te ungió las manos de divina tardanza 
para que no pudieras
jamás herir las cosas?

                           Tenue, tímida, tibia, 
                           traslúcida, turgente.

Por tu amor, la madera se vuelve una sortija 
y la niebla, sonata al pasar por los álamos.

Por tu amor, en el éter se conservan los trinos, 
las plegarias se tornan cascabeles azules
y la espiga, una trenza del color de los cálices.

                            Delgada, dulce, débil,
                            divina, delicada.

Tu doncellez intacta crea nardos ilesos
sobre ese fino valle del aire en los cristales, 
cuando sólo es un trémulo sonido que no alcanza 
a embozar en el tímpano el espectro del canto. 

Novia que viajas sola
en un velero de hostias.
Enamorada pura en la edad de la garza.

                             Niña, nupcial, nerviosa,
                             nívea, naciente, núbil.

Cómo veo tus manos pasar por los bordados 
y abrir una acuarela de anclas y corazones; 
tus ojos que conocen esos duendes de cera 
que andan con las abejas al pie de los altares.

Cómo siento tus trenzas ocultas en una gruta, 
donde se agrupa el oro bajo un toldo de lino.

                              Ideal, ilusa, íntima, 
                              irreal, iluminada.

¿Quién podrá olvidar tu nombre, Teresita?
¿Tu nombre que comienza en una noche de estrellas 
y ha cambiado el sentido de la lluvia y las rosas?

Lo pronuncian los niños al llamar a las aves,
o al decir que las cosas les nacen en los ojos.

Las bellas colegialas que recogen en coro 
una llovizna azul en el hoyo de las faldas.

Las novicias que cantan entre muros de nieve 
y crucifijos pálidos.

Los monjes que hicieron de su sangre una nube 
para guardar los campos con escuadrillas de ángeles.

Por tu finura de ángel con alas de violeta
y tu ternura inmensa que, a veces, se hace pena, 
un Amor Infinito escribió en el cielo
la inicial de tu nombre con un grupo de estrellas.




martes, 28 de marzo de 2017

EUGENIO MONTEJO 1938-2008 (Caracas, Venezuela)

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EL BUEY 
El buey que lleva mis huesos por el mundo,
el que arrastra mi sombra,
uncido a las estrellas, a yugos siderales,
va arando el tiempo, no la tierra,
por eso es sabio, profundo, demorado,
al tardo paso de las nubes.
Es mi buey, mi maestro cuadrúpedo,
por quien he conocido en la quietud
el habla porosa de las piedras
y cierta obediencia práctica a las cosas,
casi taoísta.
Es mi buey, la parte móvil de mi estatua,
lento de sol a sol sobre las horas;
el que ara el tiempo, no los campos,
el que graba con surcos en mi rostro
las semanas, los meses y los años.

viernes, 24 de marzo de 2017

HAFIZ 1320-1389 (Shiraz)


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NO TE AFLIJAS

No te aflijas: la belleza volverá a encantarte con su gracia;
tu celda de tristeza se trocará en un jardín de rosas.
No te aflijas: tu mal será trocado en bien;
no te detengas en lo que te inquieta,
pues tu espíritu conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida volverá a tu jardín
y pronto verás, ¡oh cantor de la noche!
una corona de rosas en tu frente.

No te aflijas si, algún día,
las esferas del cosmos no giran según tus deseos,
pues la rueda del tiempo no gira siempre
en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor, penetras en el desierto
y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía, si el torrente del tiempo
arrastra tu morada mortal, pues tienes el amor
para salvarte del naufragio.
No te aflijas si el viaje es amargo,
no te aflijas si la meta es invisible.
Todos los caminos conducen a una sola meta.
No te aflijas, Hafiz, en tu rincón humilde
en que te crees pobre, abandonado a la noche oscura,
y piensa que aún te queda tu canción y tu amor.









ALBA

Esto dijo al alba el ave a la rosa recién despertada:
«Sé amable, pues muchas como tú florecen en esta explanada.»
La rosa rió: «Verás que en verdad no mostramos dolor,
Mas nunca un amante con tan duras palabras acosó a su amor.
Si tu deseo es beber vino de rubí de la copa enjoyada
Debes ensartar perlas y corales traspasados por pestañas.
No puede atraer a las ventanas de su nariz el sabor del Amor
Quien el polvoriento suelo de la taberna con la mejilla no barrió.»

Anoche, en el jardín de Iram, cuando en el aire agradecido
La brisa del nuevo día meció las hermosas trenzas de jacinto
Pregunté:«Trono de Jamshid, ¿dónde está la copa que revela el mundo?
Suspiró: «Esa despierta fortuna yace ahora en un sueño profundo.»
No siempre de la lengua brotan amorosas palabras:
Ven, trae vino, oh tabernero, pon fin a esta charla.
Las lágrimas de Hafiz arrojan al mar su paciencia y talento.
¿Qué hacer si no puede ocultar cómo el amor desgarra su ser?